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martes, 20 de octubre de 2009

Contra la judicialización de los medios

Contra la judicialización de los medios

A los ciudadanos, soberanos de México.

Diversas organizaciones ciudadanas y vecinales deploramos el editorial publicado por EL INFORMADOR el pasado viernes.

Marchas, manifestaciones, plantones, bloqueo de calles, cierre de carreteras, toma de tribunas; a veces en forma pacífica, otras con violencia... Este tipo de movimientos de inconformidad ciudadana y vecinal efectivamente se ha generalizado en todo el país, con razones justificadas.

Hablemos de Jalisco y de razones justificadas: los afectados ambientales del Río Santiago y de Temacapulín, la construcción de Arcediano, el proyecto Ciudadela, la aprobación del código urbano, el nombramiento a modo de todos los presidentes de los organismos ciudadanos (CEDH, IEPC, ITEI, CESJAL, PRODEUR), afectación de bosques y áreas protegidas, la opacidad en Congreso, partidos políticos y Universidad pública, movilidad integral sustentable, el chinguen a su madre.

No aceptamos la afirmación de que no tenemos mayor motivo que estar en contra de todo. Su análisis intenta estigmatizar la activación legítima; es una oda a la indiferencia y una invitación clara a más violencia.

Sabemos que partidos políticos e intereses económicos intentan permear lo ciudadano y vecinal. Su objetivo puede ser hacerse notar, buscar presencia mediática, lograr fines particulares. Sin embargo esto no es justificación para el uso de la fuerza bruta. Nos solidarizamos con los golpeados e ilegalmente detenidos vengan de donde vengan.

Ejemplos de legítima activación ya vimos, hay muchos, y la opinión pública sin duda, los recordará. Nuestra Carta Magna define antes de las garantías individuales, la Soberanía de la Nación, la cual pertenece a los ciudadanos (el pueblo). La incapacidad de los poderes del Estado y los niveles de gobierno para deliberar y consensuar las grandes decisiones que le urgen a Jalisco para vivir en armonía, prosperidad y sustentabilidad hace que muchos ciudadanos ejerzamos la soberanía.

Hemos intentado de todo: procesos legales impecables, participado en foros y mesas con propuestas concretas, diálogo con el legislativo y con académicos, hemos apelado a organismos nacionales e internacionales. Nada ha servido y podemos evidenciar decenas de ejemplos concretos. Decenas. La cancha en la que interactuamos políticos y ciudadanos está claramente desnivelada a su favor. Eso intensifica la protesta, se ejerce el legítimo uso del derecho a manifestarse, sin ninguna intención de afectar o lesionar a terceros. Culpable es quien en lugar de deliberación pública, golpea.

Es falso que en la mayoría de las protestas haya gente “profesional” de las manifestaciones y agitadores que lideran. Lo que buscan es desviar la atención ante lo inobjetable: Jalisco no va bien. Lo que daña a la sociedad es el secuestro de las decisiones públicas. Es inexplicable e inaceptable que un medio de comunicación tan tradicional invite a la autoridad a: que proceda, haciendo uso de sus facultades legales, para ponerles un freno y evitar así que continúen dañando a la sociedad.

Toda vez que El Informador difundió nombres de líderes sociales que le preocupan al gobierno del Estado, las asociaciones firmantes nos dirigimos a los actores políticos, económicos y sociales que nos preocupan a nosotros: Emilio González Márquez, Francisco Ramírez Acuña, Fernando Guzmán Pérez Peláez, Luis Carlos Nájera, , Herbert Taylor, Raúl Padilla López, Alfredo Barba Hernández, Guadalupe Madera Godoy, Rafael Yerena, Javier Gutiérrez Treviño, Carlos Álvarez del Castillo Gregory y quienes están supeditados a sus intereses. Son ustedes los que ejercen el poder real en el Estado. Ustedes tienen la obligación de detener la criminalización de la protesta y de abrir canales eficientes y permanentes de deliberación que permita a las ciudadanas y los ciudadanos participar en la construcción de lo público.

No habrá democracia plena sin medios de comunicación independientes. La obligación de todos es construir en paz. La espiral de represión debe parar de inmediato.

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