JAVIER DUARTE Y LA
JUSTICIA MÉXICANA
Sinar Suárez Sánchez
La captura de Javier Duarte, en Guatemala se suma
a la larga lista de personajes de poder público que han sido detenidos, tanto en
México, como en otros otros países, exhibiendo con este hecho aún más a la muy
desdibujada justicia mexicana. Entre quienes encabezan esta lista están los
exgobernadores Humberto Moreira Valdez, Flavino Ríos Alavardo, Rodrigo
Medina de la Cruz y Tomas Yarrington; si agregamos sus
colaboradores cercanos de estos y a otros funcionarios menores de dependencias federales
y estatales que han incurrido en faltas y se encuentran en la misma situación, la lista se alarga
interminablemente y aquí solo algunos nombre: Edgar Veytia, Mónica Andrea Roca Pérez, Francisco Valencia García,
Arturo Bermudez Zurita, Mauricio Audirac Murillo, Celina Ocegera Parra,
Valentin Cárdenas Leyva, Irving Rodolfo Olivarría Ezrre, Gabriel Gómez
Martinez, Agustín Navarro Camarillo, Alejandro Espinoza Medina, Victor Mora
Atilano, Gabriel Gómez Martínez, etc,
etc.
En cuanto a aquellos que se
encuentran, acusados, señalados, procesados, sujetos a investigación y/o en
calidad de prófugos están los exgobernadores Eugenio Hernández, de
Tamaulipas; Luis Armando Reynoso Femat, de Aguas Calientes; Mario
Anguiano Moreno, de Colima; Miguel Alonso Reyes, de Zacatecas Guillermo
Padres, de Sonora; Roberto Borge Angulo, de Quintana
Roo; César
Duarte Jáquez, de Chihuahua; Jorge Herrera Caldera, de Durango; Fausto
Vallejo, de Michoacán; Rodrigo Medina de la Cruz, de Nuevo
León, José Calzada Rovirosa, de Querétaro; Jorge Herrera Caldera, de
Durango, entre otros. En la mayoría de casos se trata de apropiación indebida
de recursos del erario público, actos de corrupción, combinado con otros hechos
delictivos, De esta oprobiosa realidad de nuestro país, no quieren hacerse
responsables ni el actual grupo en el poder, ni los partidos políticos, ni la
cámara de Diputados, ni la Cámara de Senadores ni el Congreso de la Unión. En otras
palabras, para los poderes de la república estos hechos parecen estar dentro de la normalidad.
Ante este panorama se
aprecia como una farsa la existencia del sistema nacional anticorrupción (SNA)
y las leyes que lo crean y se relacionan con este tema:
*Ley General del Sistema
Nacional Anticorrupción
*Ley General de
Responsabilidades Administrativas
*Ley Orgánica del Tribunal
Federal de Justicia Administrativa
*Ley de Fiscalización y
Rendición de Cuentas de la Federación
*Ley Orgánica de la Procuraduría
General de la República
*Código Penal Federal
*Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal
A estas deben sumarse los
organismos, constituciones y legislaciones estatales, cuya aplicación y
eficacia no se ve en ninguno de los casos citados
De lo anterior lo que resulta
verdaderamente grave es existencia de una cadena de complicidades que terminan en
la burla de todos los controles institucionales de trasparencia, rendición de
cuentas y aplicación debida de los recursos públicos; del sistema nacional
contra la corrupción, como ya se mencionó. En la secuencia lógica de estos
actos viles toca el turno a la justicia mexicana que no alcanza enjuiciar a los
servidores públicos infractores, como lo mandata la constitución, los leyes,
normas y reglamentos del servicio público. Lejos de la lógica y lo esperado por
la sociedad mexicana, el sistema proporciona a los transgresores los medios
para evadir la justicia que van desde la inacción, exoneración y hasta las
facilidades para abandonar el país, escenario que nos ubica como unos de los
países más corruptos del planeta ¡algo así como el paraíso de la impunidad!
Países como Guatemala, España, Italia y los Estados Unidos se han dado la tarea
de cumplir con las detenciones que corresponden a sistema judicial mexicano,
pero a estos buenos gestos y eficientes oficios quedan sin efectos ante las
prácticas de simulación en la aplicación de la justicia, un buen ejemplo de
esto es el reciente caso del llamado Juez Porky
Ante este agobiante
panorama, la ciudadanía mexicana no sin temores, como consecuencia lógica de la
manipulación mediática, el autoritarismo y los actos represivos que
caracterizan al sexenio en curso, vuelve
con timidez su mirada hacia otros actores de la política nacional ante la
cercanía de la elección presidencial del 2018 que se entrevé como un rayo de
esperanza, se informa alternativamente,
indaga, cuestiona, lanza preguntas en su entorno, se duele de su patria, saca
conclusiones y permanece atenta mientras se acercan aún más los tiempos de las
grandes definiciones. Por el contrario, los diversos grupos organizados
existentes a lo largo y ancho del territorio nacional con mayor capacidad de
análisis toman decisiones, se arriesgan, declaran, se adhieren y se vuelven
partidarios de la causa de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en
su largo recorrido por tiempo y el espacio por conseguir la victoria que le
permita poner en marcha su proyecto de nación.
En los últimos meses ha surgido
un concierto de voces que sugieren a AMLO como un personaje no es tan malo, estas provienen de comunicadores,
articulistas, comunistas y en algunos casos de editoriales de medios de
comunicación que en otros tiempos satanizaron al tabasqueño siguiendo la pautas
del sistema político mexicano. El cambio de opinión obedece sin duda alguna a
la nada grata experiencia de pagar un altísimo precio por apoyar el regreso del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) al poder presidencial con sus
consecuencias desastrosas.
En este recuento no debe de
perderse de vista la crisis que el fenómeno AMLO provoca a otros institutos políticos.
El más afectado por ahora es el Partido de la Revolución Democrática
(PRD) cuyos militantes, presidentes municipales, líderes estatales, senadores,
diputados federales y locales han abandonado al Sol Azteca por seguir la
causa de López Obrador, otros más han
engrosado la fila del Morena. Le sigue el Partido Revolucionario Institucional
que también empieza a experimentar la salida de legisladores, dirigentes y la
desbandada permanente de militantes. Para el caso Acción Nacional deserción aun
no es muy notoria, pero en Morena es más frecuente ver rostros albiazules.
Finalmente debe ponerse
atención sobre uso que el sistema quiera darle a la referida detención pues
suena bastante sospechoso la espera de tiempos electorales para emitir la orden
internacional de detención, dejando pasar deliberadamente varios meses, esto especialmente
si se toma en cuenta el secreto a voces sobre la permanencia de Duarte
Ochoa en el vecino país.
Publicado en número 67 de la Revista Cosmopolitik
http://cosmo-politik.com/http://cosmo-politik.com/Articulos/Revista%2067/Javier%20Duarte%20y%20la%20Justicia%20Mexicana%20.pdf
http://cosmo-politik.com/http://cosmo-politik.com/Articulos/Revista%2067/Javier%20Duarte%20y%20la%20Justicia%20Mexicana%20.pdf