Translate

lunes, 7 de septiembre de 2009

Ciudadanos Contra Partidos Políticos

Las hojas sueltas de la política…

Ciudadanos Contra Partidos Políticos

Editorial/Sol de Nayarit
Por José Trinidad Espinosa

24-07-2009 21:05:09

Nadie parece notarlo, desde hace algunos años los factores reales de poder, particularmente los poderosos dueños del dinero, las grandes corporaciones empresariales de todo signo y actividad, han iniciado una campaña de descalificación y en el menor de los agravios de desprestigio en contra de los partidos y de los políticos. Se ha establecido el criterio, si alguien falla en la función de gobierno; sea legislador, gobernador, presidente municipal, síndico o regidor, el presidente de la república, los funcionarios o burócratas de la administración pública en todos sus órdenes, de transferir la responsabilidad a los partidos políticos. Para el ciudadano común, por influencia de los medios masivos de comunicación, los partidos políticos son los culpables de todo lo malo que sucede en el ámbito social y económico ¿Y el resto de los actores de la política, de la economía y de los problemas sociales? Ellos no tienen ninguna responsabilidad.
Tan menosprecian a los partidos y a los políticos, qué ahora se habla del poder ciudadano. El atrevimiento ha llegado al extremo de asegurar que los partidos y el gobierno han sido rebasados por los ciudadanos; situación menos que imposible, porque entonces tendríamos que aceptar que ya vivimos en un ambiente de anarquía. Gracias a Dios, eso todavía no sucede. No falta quien o quienes lo desean, con la visión de que ante la ausencia o el menoscabo de la autoridad los más fuertes son los que salen ganando; éstos se ubican en los grupos de poder que controlan la economía, la fuerza material del Estado (militares y policías), la actividad espiritual y los medios masivos de comunicación.
Por malo que parezca, con las deficiencias de que se les acusa y que en buena parte suelen ser ciertas y hay que atender a la brevedad, hasta este día, los partidos y los políticos son los únicos que se levantan como garantes de las viejas libertades establecidas por el Liberalismo y, de los principios y valores de nuestra Democracia. Las demás instituciones, solo en el discurso las ponderan y defienden, las manipulan y acomodan a favor de sus intereses, que no siempre son los intereses de todos, ni siquiera de las mayorías.
Los partidos y los políticos, por culpa de los malos políticos, que no son los más sino los menos, cargan una pesada loza de recriminación, desconfianza y rechazo de parte de la ciudadanía que urge revertir para recuperar la aceptación social y el liderazgo político, necesario para salir del estancamiento económico, político y social en que actualmente se encuentra el país y las entidades federativas. De esa desconfianza y rechazo, se valen los eternos enemigos de los partidos y de los políticos, para afianzar la campaña emprendida en su contra. Y digo eternos, porque a la aparición de los partidos y de los políticos, se acabaron las monarquías absolutas, los regímenes teocráticos y autoritarios, en los cuales el poder se transmitía por sucesión hereditaria, se pasaba de padres a hijos u otros parientes, fue una época en la que no existía el ciudadano sino el súbdito que obedecía los mandatos de su señor sin cuestionar, porque supuestamente gobernaba por influencia divina. Los partidos y los políticos surgidos del populacho rompieron ese paradigma y crearon, con mucha dificultad y cruentas luchas, el régimen de libertades y la democracia de que ahora gozan la mayoría de las naciones del Mundo. El supuesto poder ciudadano tiene un tufillo conservador y de derecha, neo-monárquico, con el que se pretende anular la fuerza de las instituciones que realmente pueden hacer contrapeso a los factores reales de poder en beneficio de las mayorías populares, a los partidos y a sus cuadros políticos. Amable lector, después de estas reflexiones, saca tus propias conclusiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario